Puede parecer una afirmación demasiado categórica. Pero, efectivamente, todas las zapatillas deportivas (o sneakers) de las marcas más conocidas son muy caras. Si las compras a su precio habitual, claro está.
Y es por eso que yo solamente me las compro en rebajas y, casi siempre, he esperado a las rebajas de las rebajas. Sí, ese momento en el que únicamente quedan tallas sueltas y (si tienes mucha suerte) encuentras auténticas gangas.
El outlet de Nike, Adidas, Reebok, Converse, Vans o Puma es un claro ejemplo de ello. Zapatillas a mitad de precio es algo común durante todo el año. Incluso, en épocas de rebajas, puedes conseguir rebajas adicionales sobre ese 50% de descuento.
Este es un ejemplo real, de una compra que yo hice. Unas zapatillas de estética GAT, fabricadas en piel en Portugal, pasan de 89,90 euros a 20 euros. Es cierto que, en este caso, nos aprovechamos del fin de stock de una firma que cerró tras 30 años.
Y ese, más o menos, es el precio máximo que estoy dispuesto a pagar por unas zapatillas. He comprado algunas de Vans o Nike, también en su outlet, por menos de 30 euros en rebajas. ¿Por qué pagar más? Porque, si estamos dispuestos a pagar 100 euros por unas zapatillas con logos enormes y fabricadas en Bangladesh, ¿no tendría más sentido apostar por la fabricación local de marcas como Tallsem? ¿O por la fabricación a medida y tu propio diseño de Hockerty?
Obviamente, en ambos casos, la entrega no es inmediata (unas dos semanas) pero la calidad (y durabilidad) de esas zapatillas supera, con creces, la de unas Jordan, Adidas o Air Max que un influencer decida que están de moda. Y, por supuesto, está muy por encima de la de marcas de lujo que únicamente nos ofrecen un logo bien visible.